sábado, 24 de marzo de 2012

Haciendo el Camino Viejo (y IV)

Cada vez me sentía más cerca y cada vez queria correr más. Eran las nueve y unos minutos más o menos la hora que hacía rato había estipulado que llegaría. Cuando llegas a las primeras casas la sensación de cansancio se pierde las ganas de llegar a la meta aumentan. No hay que perder un paso, no se puede dar un traspies.

Losa sobre una piedra al final de los caracolillos

El arco del cielo

Las promesas
 Por fín estoy en la puerta de tu casa, una vez más, desde agosto, cuanto tiempo a pasado, cuanto me e acordado de tí, pero se termino la espera voy para dentro.


La puerta del cielo
Pues ya estoy aqui, y Tu hay, frente a frente, ¿cuanto tiempo? me da igual no tengo prisa. Ahora voy a volver a recordar el camino que acabo de terminar y recordar aquellos que me hablaron de tí algún dia. He llegado temprano me puedo sentar en este banquito frente a tí porque aun no hay gente. Ya hemos podido estar más rato del que yo esperaba juntos sin que nadie moleste. Y comienzan a llegar otros peregrinos es tiempo de que yo termine mis tareas por aqui. Volveré pronto para tu romeria espero volver a estar aquí.




Y por último unas velas de promesas
Es esta una pequeña crónica de mi camino el pasado fin de semana desde Andujar hasta el Cerro del Cabezo, un camino único, aunque más bien cada camino es único. Y ya digo volveré, porque eso quien lo prueba repite y yo nunca tendré un último camino, siempre, sera el penultimo.

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