Comenzemos la semana romera, en primer lugar decir que cada día intentare publicar uno de los eventos ocurridos a lo largo de este año jubilar entorno a la Virgen de la Cabeza.
Bueno comencemos desde el principio, 12 de abril de 2009, cuando los primeros rayos de sol iluminaban Sierra Morena la Virgen de la Cabeza salía de su camarin para colocarse en unas pequeñas andas y a hombros de sus romeros bajar por la carretera hasta su pueblo.
Seria cada cofradia filial durante aproximadamente medio kilómetro quienes la portasen, entre muchas otras la de Alcalá la Real y entre los centenares o más bien miles de romeros yo tuve el privilegio de ser uno de ellos. Y os aseguro que el llevar a la Reina de Andujar sobre mi hombro no era pesado tras las horas de procesiones acumuladas en el cuerpo. Y una experiencia única sin duda, ya que era la primera vez que iba sobre mi hombro, sabía además que estaba ayudando a que muchas personas que por un motivo u otro no pudiesen llegar a sus pies en el Santuario del Cerro del Cabezo la tuviesen mucho más cerca.
Casi sin darme cuenta la Virgen llegó a Andujar en hombros ya de su pueblo, cambio de andas para llegar como ella lo merece y poder ser portada por muchos más corazones.
El pueblo de Andujar la esperaba y la Iglesia de Santa María la recibiria rozando la media noche. Daba allí comienzo una semana muy intensa sin duda en la que visitaría diferentes iglesias de Andujar, cada día antes de que el mundo comenzase a andar, se realizaba el traslado a otro barrio, otra iglesia, pero siempre... entre su gente.
Bueno comencemos desde el principio, 12 de abril de 2009, cuando los primeros rayos de sol iluminaban Sierra Morena la Virgen de la Cabeza salía de su camarin para colocarse en unas pequeñas andas y a hombros de sus romeros bajar por la carretera hasta su pueblo.
Seria cada cofradia filial durante aproximadamente medio kilómetro quienes la portasen, entre muchas otras la de Alcalá la Real y entre los centenares o más bien miles de romeros yo tuve el privilegio de ser uno de ellos. Y os aseguro que el llevar a la Reina de Andujar sobre mi hombro no era pesado tras las horas de procesiones acumuladas en el cuerpo. Y una experiencia única sin duda, ya que era la primera vez que iba sobre mi hombro, sabía además que estaba ayudando a que muchas personas que por un motivo u otro no pudiesen llegar a sus pies en el Santuario del Cerro del Cabezo la tuviesen mucho más cerca.
Casi sin darme cuenta la Virgen llegó a Andujar en hombros ya de su pueblo, cambio de andas para llegar como ella lo merece y poder ser portada por muchos más corazones.
El pueblo de Andujar la esperaba y la Iglesia de Santa María la recibiria rozando la media noche. Daba allí comienzo una semana muy intensa sin duda en la que visitaría diferentes iglesias de Andujar, cada día antes de que el mundo comenzase a andar, se realizaba el traslado a otro barrio, otra iglesia, pero siempre... entre su gente.
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